El síndrome del arnés, también conocido como síndrome del arnés de suspensión inmóvil o shock ortostático, es una condición médica que puede ocurrir cuando una persona queda suspendida en un arnés de seguridad durante un período prolongado de tiempo.
Este síndrome se produce cuando el arnés de seguridad comprime los vasos sanguíneos de las extremidades, lo que limita el flujo sanguíneo y puede provocar daño en los tejidos. Además, la posición en suspensión puede causar una reducción en la capacidad pulmonar y aumentar la presión en el abdomen, lo que puede llevar a problemas gastrointestinales.
Varios estudios han examinado los efectos del síndrome del arnés en los trabajadores en altura. Un estudio de 2004 publicado en el Journal of Occupational and Environmental Medicine encontró que el 27% de los trabajadores que habían quedado suspendidos en un arnés de seguridad por un período prolongado de tiempo desarrollaron síntomas de síndrome del arnés. Estos síntomas incluyen dolor en las piernas, problemas gastrointestinales, hipotermia, y otros problemas de salud.
Es de vital importancia que en estas situaciones se pueda atender de forma rápida y oportuna al técnico suspendido en el aire. El síndrome del arnés puede desencadenarse en cuestión de minutos, y la demora en la asistencia aumenta el riesgo de sufrir lesiones graves o incluso la muerte. Es por eso que se deben establecer protocolos de rescate bien definidos y contar con un equipo altamente capacitado y equipado para actuar en caso de emergencia. La rapidez en la asistencia no solo minimiza los riesgos del síndrome del arnés, sino que también reduce el tiempo de exposición del técnico a factores de riesgo, como el viento, el frío o el calor extremo, lo que contribuye a su seguridad y bienestar en el trabajo en altura.
Daniel Fajardo, Director de Cimantica S.A